La presencia de personas viviendo en las calles no es un fenómeno reciente en nuestro país. Sin embargo, es innegable que en las últimas décadas la problemática se ha extendido como expresión de la consolidación de la emergencia social y habitacional en la cual vivimos. La prolongada inestabilidad económica, junto a la desigualdad en el acceso a la vivienda, son dimensiones que explican parte de su génesis y también su continuidad en el tiempo como un fenómeno cada vez más complejo y acuciante.